lunes, 24 de octubre de 2011

  • ·         A pesar de que tenemos una mente intelectual y una mente emocional, ambas se intercomunican en forma constante y son esenciales la una para la otra. Es por eso que cuando se aclaran nuestras ideas confusas, o nuestras dudas, sentimos inmediatamente un alivio emocional y una tranquilidad interior.

  •            La consciencia de uno mismo nos da la posibilidad de ordenar nuestra vida afectiva; es fuente de automotivación y de dominio de sí, lo que redunda en creatividad, permitiéndonos lograr nuestros objetivos personales. También nos permite reconocer las emociones de los demás, lo que nos hace desarrollar empatía en nuestras relaciones con ellos, y, a la vez, impide que nos dejemos manejar por emociones negativas ajenas.

  • Lo interesante en esta búsqueda del equilibrio emocional es tener siempre presente que la mente intelectual y la emocional están en permanente interacción. El mantener el equilibrio entre la cabeza y el corazón nos facilita alcanzar la paz interior, un don inapreciable en el mundo en que vivimos. Sin este equilibrio, es prácticamente imposible ser eficiente en el trabajo, manifestar capacidad creativa, establecer gratas relaciones humanas, y mantener la tranquilidad en las innumerables situaciones conflictivas que nos toca vivir.

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